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- La radio Internacional y la palabra
La radio internacional en el 2021 se ha convertido casi en
un mito del pasado.
La radio internacional conformaba todo un sistema, una
comunidad de decenas de emisoras a nivel global. Bajo el esquema de la guerra
fría, las estaciones de radio internacional de casi todos los países del
planeta parecían cumplir una función política y cultural específica. Cada una desde
sus perspectivas aportaba argumentos, puntos de vista, aspectos y facetas de
las realidades del mundo. Otorgando de esta manera una visión de conjunto y
argumentos a los oyentes de diferentes tendencias ideológicas y culturas.
Luego del fin de la guerra fría, y de la caída del muro de
Berlín en 1989, esta situación bipolar para la radiodifusión internacional, permaneció
durante muchos años en una zona gris, periodo durante el cual siguieron
desapareciendo poco a poco las estaciones internacionales.
Grandes estocadas fueron las desapariciones de las icónicas Radio Nederland
Wereldomroep y más recientemente Radio Canadá Internacional, esta última a la
que le suspendieron en el 2020 las emisiones semanales vía internet con la
excusa de la pandemia, y en lo que de todas maneras parecía al final más un
magazín de televisión, que una emisión de radio.
La destrucción del sistema de radiodifusión internacional ha
pasado de manera inadvertida en todos los campos. Esto un gran logro de
aquellos que están por detrás de esta operación. Las estaciones de radio
internacional, a pesar de pertenecer a los Estados y administradas por los
gobiernos de turno, poseían criterios y objetivos claros y diferenciados de las
emisiones para públicos locales, además de cierta autonomía e independencia. En
el caso de la onda corta, su poder radicaba en llegar a todos los confines del planeta sin
el filtro de la Internet, o de gobiernos locales. lo que las hace especiales.
La comunicación internacional y nacional pasa hoy en día por
empresas mediáticas de la prensa y de televisión en poder de los grandes
magnates al interior de cada país, y por plataformas como Amazon, Disney,
pasando por Netflix o Apple en las cuales las temáticas propuestas de mundo, fantasías,
personales y su caracterización pertenecen a un menú agendado y puesto en
marcha por medio de la imagen. La diversidad temática que allí encontramos, no
es más que una ilusión, como la diversidad de marcas de dentífricos en los supermercados.
En momentos que creíamos que la voz y la palabra iban a
tomar el relevo en la transmisión de la cultura, luego del culto a la imagen
televisiva que comenzó en los años 50, vemos como continúan los esfuerzos por
hacer que la imagen siga siendo la herramienta mágica para transformar el
mundo.
Pero una imagen bajo control difundida sobre todo el
planeta, no es herramienta liberadora, pues tanto desde la fantasía, como desde
la supuesta realidad de los noticieros de televisión, su concepción y puesta en
escena está estratégicamente delimitada.
En todo este contexto, la radio internacional, vía onda
corta o Internet, es un estrecho nicho de posibilidad de libertad gracias al
poder de la palabra. La palabra es más “mágica” que las imágenes. La Palabra es
poder creador. La imagen está ya construida y no deja lugar a la acción. Todos
tenemos el poder de la palabra, lo que se conoce como los actos preformativos.
Digamos entonces: Larga vida a la radio, a la radio internacional, a esas voces no
permeadas por el estilo de la imagen de este nuevo mundo de apariencia multipolar.