del Apocalipsis arraigada en occidentes.

La revista en su portada con la imagen en blanco y negro de una gran ola, dice: Apocalipsis ahora: Tsumanis, Terremotos, Alarmas nucleares, Revoluciones, Economías en Quiebre, qué vendrá después?.

En su editorial la revista cita la catástrofe en Japón. la resurrección de un Rasputín en Libia y el incremento de la violencia en el oriente medio.

En su articulo de economía, Robert Samuelson dice que mientras que el mundo se ha paralizado con lo ocurrido en Japón, Europa sufre una nueva crisis económica. Así mismo otros articulos hablan de lo ocurrido en Oriente. Si bien los artículos no son sensacionalistas, si entran en la lista de ese ambiente… apocaliptico al que asistimos.

Inspirados en la revista News Week y su edición Apocalipsis Now y también en las diversas teorías del fin del mundo que desde hace unos años captan la atención de científicos, comunidades religiosas y hasta curiosos…hoy queremos en esta sección detenernos a pensar en la posibilidad de que la vida humana acabe…y con ella, de paso, el planeta tierra.

El de hoy será un preámbulo a un debate que mantendremos en próximas emisiones y que tienen que ver con el manejo del medio ambiente, economía y política. Y no solo los agentes contemporáneos colocan sus voces, a través de los medios de comunicación nos llegan también voces ancestrales.

Una de esas voces es “La profecía Maya” ha sido una de las teorías más sonadas en los ultimos años. Los astrónomos y astrólogos de nuestros antepasados no contaban con todo el conocimiento y herramientas con las que cuenta el científico de hoy, de modo que las teorías forjadas en tiempos remotos dieron como resultado una construcción de pensamiento “cataclismico”, con el que se intentó explicar los fenómenos naturales que el ser humano desconocía.

Pero pueden ser consideradas válidas estas ideas?

Parece que frente a la cantidad y a la velocidad de los acontecimientos emprendida por los medios de comunicación, estaríamos perdiendo otro tipo de explicaciones más … naturales.

Existe por ejemplo la hipótesis de Gaia de James Lovelock quien afirma que el planeta Tierra en su totalidad, incluyendo seres vivos, océanos, rocas y atmósfera, funciona como un super organismo que modifica activamente su composición interna para asegurar su supervivencia.

Esto quisiera decir que lo que vivimos es más un ajuste interno del planeta.

Si, pero la idea de un planeta viviente (Gaia) no es reciente para la ciencia, hace más de doscientos años James Hutton, considerado el padre de la geología, calificó el planeta Tierra como un superorganismo viviente. Hutton publicó la teoría de la Tierra en 1789; en la que afirma que la biósfera recicla continuamente la materia orgánica; pero encontró un marcado aislamiento entre las ciencias, por un lado los biólogos daban por aleatorios los cambios físico-químicos del planeta, y las ciencias de la Tierra descartaban el impacto de la vida globalmente. El aislamiento de las ciencias naturales generó una separación entre áreas del conocimiento lo que dificultó integrarlas para obtener un modelo holístico de la vida en el planeta Tierra.

James Lovelock es un químico británico y autor de la Hipótesis de Gaia e inventor de “el detector de electrones por captura”, Lovelock ha sido invitado por la NASA a un programa exploratorio para detectar vida fuera de la Tierra.

Gaia, Gea, Pachamama o Madre Tierra son las denominaciones a la diosa de la naturaleza en diversas culturas, James Lovelock decidió nombrarle de la misma forma al superorganismo planeta Tierra, compuesto por los seres vivientes, los mares, la atmósfera y el suelo.

Pero las ideas de este científico no siempre han caido bien.

“mística” ese fue el nombre que algunos científicos dieron a las ideas de la Gaia. Lovelock aclara que cuando se refiere a “Gaia” no está hablando de una entidad planetaria consciente. Lovelock considera que la materia viva no se separa de su ambiente “inerte” por haber evolucionado en conjunto, siendo la vida una propiedad planetaria no individual.

Sin duda, la hipótesis de Gaia abrió nuevos horizontes a la ciencia al integrar conceptos que antes estaban aislados. Aunque aún no es posible comprobar que el planeta sea un organismo viviente, se ha despertado el interés de la comunidad científica.

Habría que preguntarse si la economía, la política y los medios de comunicación se sienten participes de este sistema Gaia, para encontrar formas de autoregulación en bien del planeta y sus organismos.